¿Ronaldo o Messi?
El pasado mes de mayo Leo Messi, recibió la Creu de Sant Jordi por sus valores de “humildad y honestidad” dentro y fuera del campo de fútbol.
Cuando a Cristiano Ronaldo le preguntan sobre sus problemas con hacienda responde: “ Lo que incomoda a las personas es mi brillo, los insectos solo atacan a las lámparas que brillan”
El asunto va mucho más allá de la rivalidad en el futbol, la actitud de estos dos jugadores nos habla del binomio ego-humildad, la eterna pulsación del ser humano.
¿Creéis que la humildad significa entonces, ausencia de ego?
El ego no nos lo podemos dejar en casa, forma parte de nuestra identidad, según Freud. Jodorowsky dice del ego que es la individualidad artificial, creada por la familia y la sociedad. Una jaula mental.
Cuenta la mitología que Diógenes un día fue a ver a Sócrates, llevaba ropa rota, sucia y vivía como un mendigo en la calle, incluso si le regalaban ropa nueva no se la ponía. En su charla comenzó a hablar sobre la ausencia de su ego, Sócrates le miró a los ojos y le dijo: “a través de los agujeros de tu ropa no veo si no tu ego, hablas de humildad, pero tus palabras proceden de lo mas profundo de tu ego”.
En el libro “Código de ética judía” (“A Code of Jewish Ethics”), Joseph Telushkin escribe: “Debido a que las personas humildes no consideran que son superiores a los otros, o que merece más que ellos, son menos propensas a poseer una actitud pretenciosa”.
Podríamos decir entonces que la humildad se deviene cuando modulamos la individualidad artificial, cuando salimos del personaje y rompemos nuestra jaula mental.
Entonces claramente parece que, mostrar la esencia de quienes somos significa un gran acto de libertad.
¿Quién ganará el próximo partido?
8 Comentario
La humildad es esa gran conquista a la que quiero llegar.No se si es un valor o no ,lo que si sé es que desde la humildad puedo aprender mucho más que desde el ego.
27 noviembre, 2019
Gracias por tus palabras Irene y ánimo con la conquista!!
Un abrazo bien grande!
29 noviembre, 2019
Estoy de acuerdo con todos los autores citados. Es verdad que la humildad verdadera, no artificial, no de “postureo”, es lo contrario a lo pretencioso, al creerse superior a los demás, pero si no es auténtica no deja de ser una manifestación más del ego, como ocurre con aquellos que van de gurus humildes pero es simple imagen para venderse mejor. Un paso inicial es darse cuenta de la realidad de nuestra humildad, y a veces cuesta al tener tan incorporado nuestro personaje en la vida diaria. La humildad no “vende” hoy en dia, con tanto bombardeo de imágenes de super-héroes, de números uno admirados, de culto al cuerpo, etc. “Vanitas vanitatis”, esa vanidad con fecha de caducidad por el deterioro de nuestras facultades con el tiempo, no deberia llevar a prescindir más de nuestro personbaje y vivir con humildad nuestro ser, nuestra esencia, que no se deteriora pues es inmanente. Gran tema Lola, gracias!
27 noviembre, 2019
Si Rogeli, no es un tema fácil porque vivimos en la era como tu dices de los super-héroes pero quizá nuestro super poder sea justo la humildad ;-).
Un abrazo grande!
29 noviembre, 2019
Hay una errata en mi comentario: …no deberia llevar… debe decir NOS debería llevar …
Perdón y gracias.
29 noviembre, 2019
Gracias por la puntualización 😉
Abrazo
30 noviembre, 2019
Pues me animé a leer algo y escribirte, Lola.
Ego como tal tenemos todos o más nos vale. Cómo dices los construimos desde niño hasta que morimos. Viene a ser esa parte nuestra que se muestra y media entre nuestras pulsiones, normas y sociedad adecuado todo al principio realidad.
Pero la acepción más popular de ego es la de presumir de altas capacidades o rasgos, generalmente en comparación a otros, así que la acepción popular de ego es la misma que de vanidad. De ahí que podemos tener o distinguir egos humildes y egos vanidosos.
Humildad y Vanidad se muestran como en una misma dimensión en sus lugares más opuestos. Y cómo la mayoría de las dimensiones siempre son dinámicas y multifacéticas.
Está claro que, desde fuera, en su escenificación externa los dos extremos son fácilmente reconocibles en personas o personajes públicos, pero cuando observamos conductas en posiciones intermedias o cuando conocemos lo más íntimo de esas personas, sus reales motivaciones, sus necesidades o sentimientos y su conducta privada, podríamos realizar la misma crítica de Sócrates a Diógenes, o cómo dice el refrán “no es oro todo lo que reluce”.
A veces, nos movemos también en la dicotomía entre no solo basta ser buenos (humildes), sino que hay que parecerlo o parecerlo primero, antes de serlo.
Creo que sólo desde un análisis individual, valiente y privado de cada uno, se podría uno considerar humilde o vanidoso. Ese análisis del ego propio, creo, debería llegar al reconocimiento de lo que hacemos bien, de esas capacidades que sobresalen del resto de personas, nuestros dones, etc. Pero, conjuntamente, el reconocimiento que nada de eso es por un merecimiento personal en detrimento de otras personas, dado que la mayoría de las veces, nuestras capacidades y éxitos, son fruto de factores del azar o factores externos incluyendo a muchas otras personas.
13 diciembre, 2019
Gracias por tu reflexión Quique, como dices se necesita ver a la persona en su totalidad para poder hacer un análisis mas pormenorizado de esos dos polos. Lo de comparar a Ronaldo y Messi es algo mediático y mi reflexión pasa por analizar lo que se ve de su vida en televisión ;-).
Un abrazo grande,
Lola
10 enero, 2020