Durante el 2016 se silenciaban muchas voces importantes de la música. En este instante y en otra dimensión hay una banda de música con Prince tocando un solo de guitarra, David Bowie y Manolo Tena haciendo coros a la voz profunda de Leonard Cohen mientras George Michael mueve sus caderas en un vaivén infinito y eterno.

Poco a poco el silencio nos va ganando terreno, no solo en la música sino también en los sonidos que nos rodean. La orquesta de la naturaleza se está silenciando, según Bernie Krause, en cuyas investigaciones ha realizado grabaciones durante los últimos 44 años en distintos lugares del planeta. El 50% de los sonidos que existían en diferentes ecosistemas se han perdido o han cambiado, y eso significa que hay miles de especies que están desapareciendo.

Es una delicia leer a Krause hablando de los sonidos de las anémonas o incluso de los virus: “Todos los pequeños y grandes organismos tienen su música que les hace únicos y distintos de los demás”, dice. Y es también una pena oírle decir cosas como “La civilización se está encargando de eliminar estos sonidos destruyendo ecosistemas”.

Los seres humanos, como grandes organismos vivientes, llevamos dentro una enorme orquesta que tendemos a silenciar… ¿Cuánto hace que no escuchas el sonido de tu respiración? Y… ¿Tu latido, se corresponde con cada paso que das cuando caminas?… El ruido externo del día a día nos aleja del sonido de nuestras emociones, del pentagrama de nuestros pensamientos, del perfume sonoro de vida que llevamos dentro, y es en ese momento cuando somos capaces de destruir, aniquilar y arrasar, dando paso al sonido de la muerte: el silencio.

¡Tenemos en nuestras manos la batuta de la humanidad, no dejemos que se extinga la orquesta de la vida, asumamos el compromiso de ganarle terreno al silencio!