¿Hay alguien ahí?

Cada cierto tiempo aparecen informaciones sobre la posibilidad de vida fuera de nuestro planeta. La NASA prevé que en 20 o 30 años se encontrarán pruebas definitivas de la existencia de vida fuera de la Tierra. Si alguien tiene curiosidad por ver como podría ser esa vida extraterrestre, el cine nos da su versión actual (2017) en la película “Life” (vida) de Daniel Espinosa, donde los miembros de la estación espacial internacional descubren vida en Marte.

Las buenas noticias llegan porque se han encontrado pruebas de la existencia de agua en muchas partes del sistema solar, al parecer hay rastros de hidrógeno y oxígeno en más puntos de los esperados y la NASA se ha atrevido a hacer un listado con los posibles candidatos a albergar vida: El planeta enano Ceres, las lunas de Júpiter Europa, Ganimedes y Calisto… Se admiten apuestas sobre el resultado, aunque eso sí, el ganador lo sabremos dentro de una generación más o menos.

Después de escribir dos párrafos siento que esto es el cuento de nunca acabar… ¿Cuántos años llevamos buscando otras vidas? ¿Por qué no se ha obtenido ninguna evidencia todavía de vida extraterrestre? Parece que ahora tenemos la tecnología suficiente, pero que además los científicos saben dónde y cómo mirar para respondernos a la eterna pregunta de la humanidad: ¿hay alguien ahí fuera?

A mí también me ha surgido muchas veces la pregunta ¿hay alguien ahí dentro?, supongo que igual que al resto de la humanidad. Y es entonces cuando pienso en Biodanza como una gran sonda espacial que permite descubrir todos los componentes químicos que me habitan y generan la vida que llevo dentro, un gran e infinito telescopio con capacidad de visión interna y con la potencia suficiente para conocerme en todas mis facetas… Gracias, Rolando Toro Araneda, por facilitarme el responder a la pregunta… ¡Ahí dentro hay vida! ¡Ahí dentro estoy yo!