Creatividad existencial

Creatividad existencial

Por el 30/01/2019 en Blog

La felicidad es saludable para el cuerpo,

pero es la pena la que desarrolla las fuerzas del espíritu.”

Marcel Proust

Amanece, una hoja en blanco para escribir el guion del día de hoy.

El bolígrafo escribe con tinta de melancolía.

Hoy la tristeza me danza.

Escribo pensando en la melancolía como fuerza creativa, la misma que ha inspirado a grandes personajes de todos los tiempos.

¿Cómo habría  sido de la historia de la humanidad sin el desamor de Neruda, sin la tristeza de Kafka o sin la excesiva melancolía de Virginia Wolf?

¿Cuántas canciones se han escrito desde la nostalgia o la perdida?

En 2004 la BBC radio realizó una encuesta preguntando a sus oyentes sobre la música más triste jamás compuesta, obras clásicas que transmitieran el dolor del compositor. El resultado con un 52% de los votos, fue para una pieza que seguro habréis escuchado ya que se ha utilizado en películas, anuncios publicitarios, documentales…es el Adagio para Cuerdas de Barber (1938).

Vinicius de Moraes y Tom Jobim contan “Tristeza não tem fim, felicidade sim”

Cuanta riqueza creativa encierra la “saudade”, esa palabra portuguesa tan difícil de definir pero tan fácil de sentir.

En la universidad de Harvard se ha elaborado un trabajo de investigación titulado El lado oscuro de la creatividad”, en uno de los estudios pidieron a un grupo de estudiantes que dieran un discurso sobre cómo sería el trabajo de sus sueños. Hubo críticas y felicitaciones. Lo cual generó alegría y tristeza en los participantes según las mediciones de la hormona del estrés. Posteriormente se les invitó a realizar un collage. Con este simple estudio se comprobó que los tristes, fueron los que habían realizado mejores creaciones.

¿Por qué nos empeñamos en esquivar la tristeza creativa disfrazándola de falsa felicidad?

Pongamos un poco de melancolía en nuestro cotidiano, quien sabe si seremos los próximos ganadores y ganadoras del oscar al mejor guion original de nuestra vida.

    2 Comentario

  1. Recuerdo vagamente una especie de poema sobre la defunción de mi abuelo. Yo estaba haciendo la mili, era el año 1970 y él había fallecido hacia unos cuantos días. Mi familia no quiso decirme nada hasta que yo no estuviera en casa. Como no pude despedirme de él en su momento tuve la necesidad de “crear” un escrito para hacerlo a través de él. Surgió de esa “vivencia” de tristeza y necesidad de expresión de afecto. Esa creatividad tan particular me ayudó, como creo que siempre ayuda en todas las circunstancias, pero en la tristeza quizás con mayor motivo, pues ayuda a descargar un peso. Creo que hay poesía en la tristeza, también trascendencia, esa espiritualidad que da un sentimiento sutil que nos conecta con nuestra esencia, pero que no es destructivo sino que puede ser edificante. La tristeza destructiva, de anulación, instalada permanentemente, que supera el duelo biológico y natural, en definitiva de no aceptación de la realidad, esa la rechazo enormemente. Me quedo con unas palabras que todavía recuerdo que escribí sobre mi abuelo: “Quizás se marchó porque su misión aquí ya había concluido…”. Es triste dejar este mundo pero para eso hemos llegado, no hay otra alternativa.

    Rogeli González Campo

    1 febrero, 2019

    • Rogeli, de todas estas reflexiones lo que me surge es la palabra aceptación y recordando una canción de Serrat te diría que “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.
      Abrazos creativos!
      Lola

      Lola Hernando

      28 marzo, 2019

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