Hay autores, que forman parte de la biblioteca de mi piel y que, por muchos peelings que me traiga la vida, siguen y seguirán incrustados en mi epidermis dándome contenido. José Saramago es uno de ellos.Esta mañana, me lo he encontrado hablando con Rolando Toro en mi cabeza.

José Saramago: “Todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran”.

Rolando Toro: Estamos enfermos de civilización. Las calles están llenas de muertos vivientes. De ciegos con la posibilidad de ver.

J.S.: “Quiere decir que tenemos palabras de más, Quiero decir que tenemos sentimientos de menos, O los tenemos, pero dejamos de usar las palabras que los expresan, Y, en consecuencia, los perdemos,…”.

R.T.: Te propongo una forma de expresión, A través de la danza y la música sin palabras. Donde el movimiento pleno de sentido nos sumerge en el flujo de la existencia, en el rio de la vida.

J.S. “Hay ocasiones en la vida en que debemos dejarnos llevar por la corriente de lo que sucede, como si las fuerzas para resistir nos faltasen, pero de pronto comprendemos que el río se ha puesto a nuestro favor, nadie más se ha dado cuenta de eso, sólo nosotros, quien mire creerá que estamos a punto de naufragar, y nunca nuestra navegación fue tan firme”.

R.T.: La fluidez como categoría del movimiento hace que esa navegación sea más fácil, movimiento continuo, en ondas que nos permiten adaptarnos a las diferentes propuestas de la vida.

J.S.: “La única cosa segura es que la vida, no puede vivir sin la muerte, debemos morir poco a poco para seguir viviendo. Lo único que nos salva de la muerte es el amor”.

R.T.: Y el amor es el motor de la vida.